sábado, 19 de abril de 2008

Ya casi nadie habla de simismo, en personal, debe ser por lo ensimismados que estamos, afanados en la caza mental de moscas. En estos extraños tiempos -oigase la canción de l.cohen- crepusculares -el éxito se fue, la miseria todavia no llegó- tan solo compartimos comentarios u obras ajenos. Links, vet aci. Vagamos perdidos y despistados, amenazantes esperan el ansia o el estertor, y asi pasamos el tiempo, o quizás es el tiempo el que pasa de nosotros..Lo peor, lo más jodido de llevar es esta mania de autoaniqilación, tejer y destejer, creer y descreer. la pobre tela de la astuta penélope, esposa de ulises-odiseo. Tejer, como escribir, es mantener las manos ocupadas mientras divaga la mente. Punto. También es, son muchas más cosas, hay tantos motivos, algunos tan peregrinos..engañarse uno mismo, por ejemplo, o ambicionar poder -sobre los demás, es claro- , también dilapidarlo, soltar palabras como se sueltan ventosidades -guai el eufemismo - o balas. Se llama comunicación, no tiene perdón, es sólamente un sermon. El de la montaña parece que estuvo genial, al aire libre y sin megafonia, todo el mundo escuchando el viento que traia las palabras del escogido de dios, un muchacho hablando arameo y latin..el espiritu de la vida es el perdón de las ofensas, nadie puede ofender al sin mácula, vale decir que no ofende quién quiere sino quien puede, como siempre, el mejor desprecio es no hacer aprecio -el genial lope- cuanta razón tiene. Y en eso andamos, esquivando el argumento, pajareando por el campo, que estamos en abril, aguas mil. Ojalá que llueva en el campo, ojalá que pase cerca de ti, de mi, de todos.

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