sábado, 24 de mayo de 2008

Semos entelequias.

Franz Bentano concibió la mente como el medio a través del cual el organismo capta de manera activa la realidad que nos rodea. Para este psicólogo aleman a cuyas clases asistieron Sigmund Freud, Edmund Husserl y Carl Stumpf , nada menos, la existencia de lo real -los fenómenos fisicos- contribuye a ser la referencia del contenido de lo psiquico. Los fenómenos psiquicos están basados en representaciones, lo importante no es 'lo' que se presenta sino 'el acto' de presentarlo. El acto de representar forma el fundamento: sin representación nada puede ser juzgado o apetecido. Describir la conciencia, no analizarla, dividiéndola en partes, esa es su fenomenologia: la intencionalidad. Los fenómenos de la conciencia se distinguen por tener un contenido, es decir, por referirse a algún objeto: la existencia intencional. Hasta ese momento, la filosofia moderna -desde Descartes- concebia al hombre como un sujeto encerrado en si mismo, enfrentando un mundo totalmente ajeno. Eso es inconsistente para Bentano y especialmente para Martin Heidegger, el autor de 'Ser y Tiempo'. Para este filósofo, el ser del hombre se define por su relación con el mundo, relación que és propia de la existencia -Dasein: ser-ahí- y es cuidado o cura -existenciarios- . Para Heidegger, una vida 'auténtica' reconoce el carácter de 'caida' que tiene la existencia -propiedad- es decir,la imposibilidad de dominar su fundamento -el ser-. Una vida enajenada -inauténtica- olvida el ser en nombre de los entes concretos -impropiedad-. Es lo que se conoce como 'la dimensión temporal del ser': el ser como relación de los entes en el tiempo. El hombre es el ente abierto al ser, pues sólo a él 'le va' su propio ser, es decir, mantiene una explícita relación de co-pertenencia con él. El Dasein -ser-ahí- equivale al Sein zum Tode: estar vuelto hacia la muerte. Enfrentar a la muerte, esa és nuestra más clara referencia temporal. Y filosófica.

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